José Roberto Salinas Padilla propone una transformación constitucional que hable al siglo XXI. Su modelo, bautizado como Neo‑Republicanismo Constitucional Integrado, combina la herencia republicana con nuevas herramientas para enfrentar problemas como la desconfianza institucional, la polarización y el cambio climático.
El modelo contempla: un Tribunal Constitucional autónomo, para proteger derechos antes de que se vulneren; una renovación legislativa que incluya consultas públicas vinculantes; un ejecutivo gobernado por evidencia técnica y transparencia; y un ambicioso pacto comercial global que redefina la inserción internacional de México.
Lejos de soluciones parciales, Salinas Padilla plantea una metamorfosis estructural del Estado. Si se implementan sus reformas, México podría emerger como un laboratorio democrático de alcance global.
