Por Adalai Ojeda
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, reiteró sus preocupaciones sobre la reforma judicial mexicana, alertando que podría causar “un gran daño” a la relación bilateral entre ambos países. Durante una conferencia de prensa, Salazar desestimó las acusaciones de intromisión en la soberanía mexicana, que surgieron tras sus críticas públicas sobre la reforma el pasado 22 de agosto.
Salazar, quien fue acusado por el presidente Andrés Manuel López Obrador de exhibir una “burda actitud intervencionista,” lo que llevó a una pausa en las relaciones entre su gobierno y la embajada estadounidense, expresó su desconcierto por la polémica generada. A pesar de la controversia, aseguró que sigue trabajando con el gobierno mexicano desde su residencia oficial en la Ciudad de México.
En su declaración, Salazar mostró respeto por el presidente López Obrador y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y afirmó que, a pesar de la complejidad de la relación bilateral, México y Estados Unidos son “como una familia.” Reiteró que, aunque la reforma judicial es una decisión soberana del gobierno mexicano, es importante abordar las preocupaciones sobre su implementación para evitar posibles daños a la relación entre ambos países.
Salazar destacó que sus inquietudes reflejan las opiniones de diversas partes interesadas en mantener una sólida relación entre México y Estados Unidos. También compartió su visión, junto con el presidente Joe Biden, de que América del Norte se convierta en una “potencia económica ejemplar en el mundo,” un objetivo que requiere la colaboración estrecha de México, Canadá y Estados Unidos.
En cuanto a las observaciones de Claudia Sheinbaum sobre la elección de jueces por voto popular en 43 estados de EE.UU., Salazar le expresó respeto y señaló que solo unos pocos estados adoptan este método.
Sobre los casos de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, conocidos como “Los Chapitos,” Salazar fue claro: “Siguen en la cárcel, siguen detenidos, punto, no van a salir.” También comentó que los gobiernos de México y Estados Unidos están trabajando juntos para asegurar la extradición de delincuentes, incluyendo a Osiel Cárdenas.
Este comunicado marca la primera aparición pública de Salazar desde la controversia suscitada por sus comentarios sobre la reforma judicial, subrayando la delicada naturaleza de las relaciones entre ambos países en este momento crítico.