El tratamiento de la depresión ha resultado complejo para muchos pacientes, según la Dra. Bertha Madras. Algunas personas han probado numerosos medicamentos sin lograr mejoras significativas. Aunque los antidepresivos han sido útiles para muchos, no siempre funcionan, especialmente para un tercio de los pacientes. Además, los efectos secundarios como la disfunción sexual y la pérdida de disfrute en la vida pueden mantenerse a largo plazo.
La psilocibina, un psicodélico, ha surgido como una posible alternativa. A diferencia de los antidepresivos, esta sustancia no genera efectos secundarios prolongados y ha mostrado buenos resultados en solo una sesión. Actúa desincronizando el cerebro, permitiendo a las personas romper ciclos de pensamientos negativos y replantearse su realidad. Sin embargo, los expertos advierten que la psilocibina no es una solución definitiva y que es crucial combinarla con terapia. A pesar de que las reacciones adversas son poco frecuentes, el uso extendido en la población general podría traer riesgos importantes.
Un estudio realizado en abril de 2021 comparó los efectos de la psilocibina con los del escitalopram en 59 pacientes con depresión moderada a severa. En el ensayo, 30 pacientes recibieron dos dosis de 25 miligramos de psilocibina, mientras que 29 tomaron 1 miligramo de psilocibina junto con escitalopram durante seis semanas. Aunque a las seis semanas no se observaron diferencias significativas en los niveles de depresión entre ambos grupos, los escáneres cerebrales mostraron que los pacientes tratados con psilocibina tenían un mayor grado de flexibilidad cerebral, lo que podría indicar una mejor capacidad para adaptarse a diferentes estados mentales.
A seis meses, los pacientes que tomaron psilocibina informaron niveles más altos de alegría y bienestar en comparación con el grupo de escitalopram. Sin embargo, algunos críticos señalaron que los pacientes del grupo de psilocibina tenían la opción de buscar terapia adicional o iniciar otros tratamientos, lo que podría haber influido en su mejora.
Los investigadores subrayan la necesidad de más estudios para validar estos resultados. Además, existen desafíos en el uso de psicodélicos en tratamientos, como seleccionar adecuadamente a los participantes, ya que algunas personas pueden tener un mayor riesgo de efectos adversos, incluidos episodios psicóticos. Otro aspecto complicado es la dificultad de encontrar placebos que imiten los efectos alucinógenos de la psilocibina en ensayos clínicos. También hay preocupaciones sobre el costo de las terapias necesarias para complementar los tratamientos psicodélicos, lo que plantea interrogantes sobre su accesibilidad y cobertura en el sistema de salud. A pesar de la evidencia de los beneficios de los psicodélicos, se necesita más investigación para determinar su efectividad a largo plazo en el tratamiento de la depresión y cómo se podría implementar su uso de manera accesible y efectiva.