By Este miércoles, la Casa Blanca anunció que las importaciones de vehículos de México y Canadá estarán exentas de aranceles durante 30 días, como parte de una medida temporal impulsada por el presidente Donald Trump. Según informó la portavoz Karoline Leavitt, esta decisión busca evitar que las compañías que operan bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) enfrenten desventajas económicas inmediatas, aunque dejó claro que los aranceles podrían entrar en vigor a partir del 2 de abril si no se logran acuerdos adicionales.
Leavitt explicó que esta medida surgió tras conversaciones entre Trump y los directores generales de General Motors, Ford y Stellantis, quienes propusieron aumentar sus inversiones en producción estadounidense a cambio de mayor certidumbre en las políticas arancelarias. “Vamos a dar una exención de un mes para los vehículos que entren bajo el T-MEC, para que las compañías puedan reorganizar sus planes y proteger sus operaciones”, señaló Leavitt durante una rueda de prensa.
Trump también tuvo una llamada telefónica con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para discutir la situación. Aunque describió la conversación como “amistosa”, Trump criticó los esfuerzos de Canadá en la lucha contra el tráfico de fentanilo, considerándolos insuficientes para justificar una reducción permanente de los aranceles.
Condiciones para mantener la exención:
De acuerdo con fuentes cercanas a las negociaciones citadas por Reuters, Trump está considerando otorgar exenciones a largo plazo a las empresas automotrices que cumplan con las reglas de origen del T-MEC. Sin embargo, las compañías tendrían que demostrar planes concretos para incrementar su producción en Estados Unidos si quieren mantener esa exención más allá del plazo inicial de 30 días.
Los fabricantes de automóviles han advertido que la imposición de aranceles podría afectar gravemente la cadena de suministro de América del Norte, que está altamente integrada y depende de múltiples cruces fronterizos en distintas etapas de producción. Esta situación podría provocar aumentos en los costos y afectar la competitividad del mercado automotriz regional.
Incertidumbre en las negociaciones:
Pese a la prórroga temporal, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, aseguró que esto no significa una pausa definitiva. “No es un alto total. La idea es que las empresas hagan más por la producción local, y si vemos avances, podríamos buscar puntos de encuentro”, declaró Lutnick.
Además, fuentes cercanas a las negociaciones indicaron que Trump podría anunciar nuevos aranceles el 2 de abril si no hay un acuerdo claro, lo que pone presión a las automotrices para definir su estrategia rápidamente. Los fabricantes, por su parte, siguen buscando estabilidad en las reglas comerciales y ambientales para garantizar sus planes de producción a largo plazo.
Mientras tanto, las automotrices continúan presionando para que Trump elimine el arancel del 25% a los vehículos que cumplen con las normas de origen del T-MEC, argumentando que estas medidas afectan tanto a los consumidores como a la capacidad de la región para competir a nivel global.
El futuro de los aranceles sigue siendo incierto, y aunque esta prórroga brinda un respiro momentáneo, las decisiones de las próximas semanas serán clave para definir el rumbo de la industria automotriz en América del Norte.
