Por Kathya Contreras
El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, calificó las recientes explosiones en el sur de Líbano como una “declaración de guerra”, señalando que estos ataques, que resultaron en 37 muertos y 3,000 heridos, fueron perpetrados por Israel. Nasralá prometió “duras represalias” y un “justo castigo” contra el país vecino.
Los incidentes, que afectaron dispositivos como beepers y walkie-talkies entre el martes y el miércoles, tuvieron lugar en áreas bajo control de Hezbolá. Durante un discurso televisado, Nasralá destacó que aviones israelíes sobrevolaron Beirut, rompiendo la barrera del sonido, mientras advertía que Israel enfrentará represalias tanto en lugares esperados como inesperados.
Por otro lado, Israel llevó a cabo bombardeos dirigidos a aproximadamente treinta lanzaderas y otras instalaciones asociadas con Hezbolá, que son utilizadas para el lanzamiento de cohetes. El ejército israelí también confirmó la muerte de dos soldados en enfrentamientos cercanos a la frontera libanesa.
La tensión entre Israel y Hezbolá ha aumentado considerablemente desde el inicio del conflicto en Gaza, con intercambios de fuego casi diarios a lo largo de la frontera. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, señaló que el “centro de gravedad” de la guerra contra el movimiento palestino Hamás se está trasladando hacia el norte, especialmente en la frontera con Líbano.
Ante el incremento de la violencia, el primer ministro libanés, Najib Mikati, instó a la ONU a adoptar una postura firme en su próxima reunión para detener lo que calificó de “agresión israelí” y la “guerra tecnológica” en contra de Líbano.