María Carrillo
En la vibrante sección de bebidas de cualquier supermercado, las latas de energizantes se destacan por sus colores llamativos y sabores exóticos. Prometen un impulso rápido de energía gracias a su contenido de azúcar, cafeína y otros estimulantes como la taurina o el ginseng. Y aunque la promesa de mayor concentración y alerta puede ser tentadora, los efectos secundarios pueden pasar desapercibidos hasta que ya están afectando la salud.
El consumo de estas bebidas, cada vez más popular entre adolescentes, preocupa a los expertos. La comunidad médica advierte que el abuso de estos productos está asociado con problemas de insomnio, palpitaciones, ansiedad y, en casos extremos, paros cardíacos. En particular, los especialistas subrayan que los efectos en jóvenes pueden ser más graves, pues el cerebro aún se encuentra en proceso de maduración. Según la encuesta ESTUDES, casi la mitad de los estudiantes de 14 a 18 años han consumido bebidas energéticas en el último mes.
La pediatra Lidia Martínez, del hospital Sant Joan de Déu, explica que, aunque las intoxicaciones agudas son poco frecuentes, la adicción a la cafeína es una preocupación real. Además, el consumo regular de estas bebidas puede llevar a hipertensión, pérdida de masa ósea y obesidad debido a sus altos niveles de azúcar. Los efectos adversos, como las arritmias y convulsiones, también han sido documentados en diversos estudios, lo que sugiere que los riesgos no se limitan a lo cardiovascular sino también a lo neurológico.
El cardiólogo Miguel Caínzos destaca que los efectos a largo plazo aún son inciertos, pero hace énfasis en los riesgos de combinar estas bebidas con alcohol. Esta mezcla puede engañar al organismo, haciéndolo consumir más alcohol del que debería, lo que aumenta el riesgo de intoxicación. La pediatra Martínez sugiere que los profesionales de salud incluyan preguntas sobre el consumo de cafeína en sus evaluaciones, pues el impacto en la salud física y emocional es innegable, especialmente en adolescentes.
En conclusión, mientras los efectos a largo plazo aún están bajo investigación, los profesionales insisten en que el uso de estas bebidas debe ser consciente y moderado.