Gracias a los avances tecnológicos, hoy es posible aplicar innovaciones en salud, lo cual, según expertos, puede ser decisivo para salvar vidas.
Por Vannia Carmona
La popularidad de los relojes de muñeca tradicionales ha disminuido entre las nuevas generaciones, mientras que los relojes inteligentes han ganado terreno gracias a sus funciones avanzadas. Aunque los modelos de agujas siguen siendo elegidos en eventos formales por su elegancia, los dispositivos digitales han crecido exponencialmente en el mercado. Además, su potencial médico ahora está siendo explorado por expertos.
Según estudios recientes, los relojes inteligentes pueden aportar datos útiles para evaluar el estado de salud de una persona y realizar diagnósticos tempranos, lo que podría ser crucial para la medicina preventiva. El Masimo W1, por ejemplo, tiene la capacidad de crear un “gemelo digital” del paciente, permitiendo al personal médico monitorear factores importantes, como la frecuencia cardíaca, el pulso, el oxígeno en sangre y la hidratación. Patrick Schoettker, jefe de anestesiología en el Hospital Universitario CHUV de Suiza, ha estado realizando pruebas con pacientes que usan relojes inteligentes antes de ser operados, facilitando así la detección de posibles complicaciones.
El uso de estos dispositivos no se limita a este modelo experimental: en Londres, Gosia Wamil, cardióloga en Mayo Clinic Healthcare, ha confirmado que muchos pacientes ya utilizan sus relojes inteligentes para recopilar información valiosa y compartirla con sus médicos. La fiabilidad de esta tecnología ha sido respaldada por estudios del European Heart Journal – Digital Health, que destacan la capacidad de estos relojes para detectar irregularidades cardíacas, como un electrocardiograma. Esta tecnología demuestra su gran potencial para mejorar la salud y el bienestar.