Por María Carrillo
Un desayuno equilibrado no solo es esencial para comenzar el día con energía, sino que también puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Así lo demuestra un estudio realizado por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), publicado en el Journal of Nutrition, Health and Aging.
Impacto de un buen desayuno en la salud cardiovascular
El estudio analizó a 383 personas de entre 55 y 75 años con sobrepeso u obesidad, quienes participaron en el proyecto PREDIMED-Plus durante tres años. Los resultados evidencian que consumir entre el 20 % y el 30 % de la ingesta diaria de calorías en el desayuno aporta importantes beneficios:
- Reducción del índice de masa corporal (2 % a 3,5 % menos).
- Disminución de la circunferencia de cintura (2 % a 4 % menor).
- Bajos niveles de triglicéridos (reducción entre 9 % y 18 %).
- Incremento del colesterol HDL (4 % a 8,5 % más).
¿Qué debe incluir un desayuno ideal?
Para lograr estos beneficios, los especialistas recomiendan priorizar alimentos ricos en proteínas, grasas saludables, fibra y minerales como potasio e hierro. Es fundamental evitar los azúcares añadidos y las grasas saturadas en exceso.
Más allá de la nutrición: beneficios a largo plazo
Este enfoque no solo contribuye a controlar el peso y mejorar indicadores como los triglicéridos y el colesterol, sino que también ayuda a prevenir el síndrome metabólico y otras enfermedades crónicas. “La calidad y la cantidad adecuadas son esenciales para reducir el riesgo cardiovascular”, afirma Montse Fitó, coordinadora del Grupo de Investigación en Riesgo Cardiovascular y Nutrición del IMIM.
Un hábito que mejora la calidad de vida
Un desayuno saludable es más que una comida: es una herramienta poderosa para fomentar un envejecimiento saludable y mejorar la calidad de vida a largo plazo.