Esta innovadora tecnología imita la función de los músculos humanos, proporcionando una mayor flexibilidad y control en el movimiento. La pierna robótica, diseñada para mejorar la movilidad y la adaptación en diferentes terrenos, representa un avance significativo en el campo de la robótica y la prostética, ofreciendo nuevas posibilidades para la rehabilitación y la asistencia a personas con discapacidad.
Un equipo de investigadores suizos ha desarrollado la primera pierna robótica equipada con “músculos artificiales”, un avance que podría revolucionar la robótica doméstica. Estos músculos, fabricados a partir de bolsas rellenas de aceite, permiten a la pierna realizar movimientos como saltar y adaptarse a diversas superficies, incluyendo pasto, arena y piedras. Esta innovadora tecnología se detalla en un estudio recientemente publicado en la revista Nature Communications.
¿Cómo funcionan los músculos artificiales en la pierna robótica?
Los músculos artificiales, también conocidos como actuadores electrohidráulicos, imitan el funcionamiento de los músculos humanos. Estas estructuras se asemejan a pequeñas bolsas llenas de aceite y están conectadas a electrodos. Cuando reciben una señal eléctrica, los músculos artificiales se contraen y relajan de manera similar a un músculo natural, permitiendo que la pierna robótica se mueva con mayor agilidad y flexibilidad.
Este enfoque innovador difiere de los robots tradicionales, que suelen emplear motores y articulaciones metálicas rígidas. Los motores convencionales no solo consumen más energía, sino que también restringen la capacidad del robot para realizar movimientos fluidos y naturales, limitando así su desempeño en diversas superficies y situaciones.
Los investigadores detrás de este proyecto esperan que la tecnología de músculos artificiales marque el futuro del desarrollo de robots humanoides domésticos. Según Robert Katzschmann, coautor del estudio, estos robots no solo podrían realizar tareas como transportar objetos, sino también interactuar de manera segura con las personas, realizando acciones como dar un abrazo o estrechar una mano.
Actualmente, la pierna robótica puede saltar hasta 13 centímetros, aunque todavía está conectada a un eje que limita sus movimientos. Sin embargo, la producción en masa de estos músculos artificiales, con componentes de bajo costo, podría acelerar el desarrollo de robots humanoides más avanzados en los próximos años.