Desde 1933, varios peloteros mexicanos han pasado por las Ligas Mayores, pero el primero en abrir el camino para los beisbolistas aztecas fue Baldomero “Melo” Almada Quirós. Nacido en Huatabampo, Sonora, y educado en Los Ángeles debido al trabajo diplomático de su padre, Almada destacó en béisbol, fútbol americano y atletismo.
Inició su carrera como lanzador, pero pronto se convirtió en jardinero y bateador, donde alcanzó su mayor éxito. Después de brillar en ligas menores, debutó en las Grandes Ligas con los Medias Rojas de Boston el 8 de septiembre de 1933, a los 20 años, enfrentando a los Tigres de Detroit en una doble cartelera, en la que destacó con una carrera anotada y un imparable.
A lo largo de siete temporadas (1933-1937) en las Mayores, Almada jugó para Boston, los Senadores de Washington, los Cafés de San Luis y cerró su carrera con los Dodgers de Brooklyn. En 646 juegos, logró un promedio de bateo de .284, con 706 imparables, 107 dobles, 27 triples, 15 jonrones, 363 carreras anotadas, y 197 carreras impulsadas. Además, recibió 214 bases por bolas, se ponchó 150 veces, robó 56 bases y tuvo un porcentaje de embasarse de .342.