By Por María Carrillo
Un reciente estudio de las universidades de Montreal y Poitiers ha puesto en el centro de atención a la crioestimulación de cuerpo completo, una técnica basada en la exposición a frío extremo que podría mejorar significativamente la calidad del sueño y reducir los niveles de ansiedad en personas jóvenes y saludables.
¿En qué consiste la crioestimulación?
Durante cinco días consecutivos, los 20 participantes del estudio —nueve mujeres y 11 hombres con una media de edad de 23 años— se sometieron a sesiones diarias en una cámara refrigerada a -90 °C. Vestidos con ropa mínima y accesorios protectores, permanecieron allí por cinco minutos.
Los resultados no tardaron en llegar:
- Aumento del sueño profundo: En promedio, los participantes experimentaron 7.3 minutos más de sueño de ondas lentas en los dos primeros ciclos de la noche, la fase más restauradora del descanso.
- Mejoras en la salud mental: Las mujeres, en particular, reportaron un incremento en la calidad percibida de su sueño, pasando de 3.4 a 3.9 puntos, y una notable reducción en la ansiedad, de 43 a 38 puntos.
Más allá del sueño: un tratamiento multifuncional
Los beneficios de la crioestimulación no se limitan al descanso nocturno. Los investigadores señalan su potencial en otras áreas:
- Atletas de élite: Ayuda en la recuperación muscular.
- Condiciones inflamatorias: Alivia síntomas de inflamación crónica.
- Demencia: Posible terapia complementaria para pacientes con demencia leve.
En países como Polonia, este tratamiento ya es cubierto por algunos sistemas de salud, reflejando su creciente aceptación en el ámbito médico.
Futuro prometedor para la crioestimulación
Aunque el estudio mostró resultados positivos, los científicos subrayan que aún queda mucho por investigar sobre los efectos a largo plazo y los mecanismos detrás de esta técnica. Olivier Dupuy, investigador principal, asegura que los beneficios observados no son producto del efecto placebo y están respaldados por estudios previos, especialmente en el ámbito deportivo.
La crioestimulación se perfila como una herramienta innovadora y accesible para mejorar la calidad de vida, combinando bienestar físico y mental.
