EE.UU. congela asistencia a Taiwán: ¿nuevo giro en su relación con China?

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha decidido suspender temporalmente la ayuda militar a Taiwán, una medida que refuerza la presión sobre la isla para que busque una vía de diálogo con China, según confirmó este lunes la Casa Blanca. La decisión llega en un contexto de creciente tensión en la región, mientras Washington redefine su papel en el Indo-Pacífico y evalúa su relación con Pekín.

Fuentes oficiales han indicado que la Administración republicana considera prioritario fomentar un acercamiento diplomático entre las partes, y la revisión del apoyo militar busca garantizar que dicho respaldo no sea un obstáculo para las negociaciones. “El presidente ha sido claro en su objetivo de estabilidad y paz en la región. Queremos asegurarnos de que nuestra asistencia contribuye a esa meta”, declaró un alto funcionario bajo condición de anonimato.

La suspensión afecta a envíos de armamento avanzado que estaban en proceso de entrega, incluidos sistemas de defensa antiaérea y tecnología de vigilancia. Según informes del Pentágono, el paquete de ayuda alcanzaba los 2.500 millones de dólares, y su congelación podría generar incertidumbre en Taipei, que ha contado con el respaldo de Washington como su principal socio estratégico frente a la creciente presión de Pekín.

El gobierno de Xi Jinping ha recibido con cautela la noticia, aunque algunos funcionarios chinos han destacado que podría interpretarse como un primer paso hacia una relajación de tensiones. Mientras tanto, en el Congreso de Estados Unidos han surgido críticas desde ambos partidos. Algunos republicanos advierten que la medida podría debilitar la posición de Taiwán y enviar un mensaje equivocado a China, mientras que los demócratas piden mayor claridad sobre los objetivos estratégicos de la Administración.

Trump también ha insinuado que podría revisar sanciones impuestas a China durante la administración anterior, en un intento de facilitar un nuevo diálogo comercial. La Casa Blanca ha solicitado al Departamento de Estado y al Tesoro un análisis sobre las medidas económicas que podrían ser reconsideradas en el marco de futuras negociaciones bilaterales.

El presidente, que ha prometido una política exterior basada en acuerdos “justos y equilibrados”, insiste en que su enfoque no es una concesión, sino una estrategia para fomentar un orden más estable. “Si alguien no está dispuesto a negociar, es posible que su tiempo en el poder no sea muy largo”, afirmó en un mensaje ambiguo que algunos analistas interpretan como una advertencia a Taipei.

La comunidad internacional sigue atenta a los próximos movimientos de la Casa Blanca, en un escenario donde las decisiones de Washington podrían alterar el equilibrio de poder en el Pacífico.

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