Por Samantha Guerrero
La Amazonía brasileña se enfrenta a una crisis hídrica sin precedentes, con sus principales ríos llegando a niveles mínimos históricos. Un reciente estudio de Greenpeace revela que la severa sequía que azota gran parte de Brasil ha dejado a los ríos en condiciones alarmantes.
Ríos Amazónicos en Peligro
El monitoreo de los diez ríos más importantes de la cuenca amazónica muestra que, en 15 de 23 estaciones evaluadas, los niveles de agua han caído a cifras históricamente bajas. El río Amazonas, junto con sus afluentes como el Solimoes y el Negro, han registrado caídas significativas en sus niveles de agua. En localidades como Itacoatiara y Parintins, el Amazonas ha alcanzado mínimos que no se habían visto en años.
Particularmente preocupante es el estado del río Negro, que ha superado su récord negativo anterior, registrando una cota de solo 12.11 metros. Otros ríos vitales, como el Madeira, Tapajós y Xingu, también han reportado descensos alarmantes en sus caudales.
Afectaciones a las Comunidades Locales
La sequía, que ha llegado más temprano y con mayor intensidad que en años anteriores, ha dejado aisladas a numerosas comunidades que dependen del transporte fluvial. Rómulo Batista, portavoz de Greenpeace en Brasil, señala que muchos de estos ríos no se habían recuperado de la sequía del año pasado y ahora enfrentan una crisis aún más grave en 2024.
Esta drástica reducción en los niveles de agua no solo afecta el transporte, sino que también amenaza el suministro de agua en varios municipios de la región, que alberga la mayor cuenca de agua dulce del mundo. Los cambios climáticos son en gran medida responsables de esta alarmante situación.
Un Desastre en Expansión
De acuerdo con el Centro Nacional de Alertas de Desastres Naturales, Brasil está atravesando su peor sequía desde 1950, afectando al 58% de su territorio, con un 20% de las áreas sufriendo sequías extremas. Esta crisis hídrica exige atención inmediata y acción por parte de las autoridades y la comunidad internacional.
La crisis hídrica en la Amazonía brasileña es un grave recordatorio de los efectos devastadores del cambio climático y de cómo impactan tanto en los ecosistemas como en las comunidades humanas. Es imperativo actuar de manera urgente para mitigar estos efectos y proteger uno de los recursos más valiosos del planeta: el agua dulce.